Cargados hasta arriba

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El maletero empieza a llenarse, un par de «medias bicis», dos ruedas, cascos, protecciones, maletas, mochilas… Pero en el coche viajan, además toneladas de ilusión, buen rollo, ganas de pasarlo bien y grandes amigos.

Un viaje ciclista, o para los anglosajones un «bike road trip», suele ser un buen motivo de alegría, un escape hacia algún lugar remoto al que no puedes ir a rodar un día cualquiera.

Esta vez el destino es un Bikepark, uno de esos lugares preparados para disfrutar de la bici, con peraltes, saltos, plataformas. Circuitos pensados para sacar una sonrisa de cada uno de nosotros, algunos de ellos muy trabajados, otros simplemente siguiendo magnificas sendas a través de la montaña. Y con sus remontes mecánicos para centrarnos sólo en las bajadas, cansadas también pero más rápidas e intensas.

Este viaje, como otros pasados y espero futuros, transforma esas ganas en diversión, la ilusión en realidad, y las horas pasan y pasan a lomos de nuestras bicis disfrutando de bajadas infinitas, saltando de un peralte a otro. Disfrutando de los «drops», cada uno a su nivel. Mejorando la técnica y resistencia, pero sobre todo… ¡Pasándolo en grande!

Cuando llegas por primera vez a un Bikepark, todo es nuevo, esos recorridos infinitos, los saltos, el telesilla, y tal vez las ganas nos jueguen malas pasadas. Hay que tomárselo con calma, calentar un poco, empezar con las bajadas de menos nivel, ir cogiendo el pulso al día y a la nueva situación.

Ya habrá tiempo para ir subiendo el nivel, poco a poco, y te darás cuenta de ello. Vas cogiendo confianza, aquí todo esta pensado para pasarlo bien, las recepciones de los saltos, las curvas, todo va a encaminado a disfrutar de la bici. Si te precipitas, puedes tener problemas, estás nervioso y ansioso, y tal vez, «venido arriba» quieras llegar más lejos de lo que tu nivel te permite.

Verás como poco a poco tu nivel sube, sin darte cuenta, una vez superados los primeros saltos, peraltes, curvas y «rock gardens», afrontarás algunos más complicados, con confianza y buen hacer, un paso tras otro.

Simplemente ten calma, y disfruta de la bici y de la compañía, no todo son bajadas imposibles, hay risas, adelantamientos, pequeños piques de amigos, bromas, y sobre todo, buen rollo. Comer o cenar comentando la «jugada», riendo y planificando el siguiente día.

Una buena desconexión de nuestros problemas y preocupaciones, una buena terapia para afrontar el resto del año con más fuerza y ganas, algo que en muchas empresas es necesario para estar siempre alerta y preparado.

No estaría de más que se fomentara en las empresas… Seguro que más de uno se sorprendería del rendimiento al volver…

Disfrutad cada uno de vuestra gran aventura en bici, que no sólo hay Bikeparks, hay miles de lugares a los que ir y mucha gente dispuesta a acompañaros, seguro.

Y a los ausentes esta vez… seguro que a la próxima no faltais!!!

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