Enfrentarse a una nueva bajada

 Si has salido de ruta por algún sitio alejado de tu zona, o bien en alguna marcha cicloturista organizada, una maratón o simplemente has decidido pasar unos días practicando nuestro divertido deporte en algún centro btt o similar, seguramente te has tenido que enfrentar a alguna bajada técnica por primera vez.

Yo las he llamado toda la vida sendas, pero entiendo que por otra zona son conocidas como trialeras, al fin y al cabo es lo mismo, bajadas más o menos estrechas con un alto componente técnico directamente proporcional a la diversión que proporcionan.

Sin tener yo la verdad absoluta ni coger mis palabras como un buen cristiano debería adoptar las de la Biblia, voy a intentar dar algunos consejos que a mí me funcionan a la hora de bajar con soltura cualquier nueva senda o trialera a la que te enfrentes.

 

Hoy por hoy, las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a averiguar con antelación si conocemos el nombre que le dan los lugareños a la bajada a visualizarla previamente en youtube, aunque puede que sea difícil dar con el video o simplemente te puede pasar al haberte apuntado a alguna competición y encontrarte de repente con el «fregao».

Uno de los mejores consejos que puedo dar, a mi entender, es el de mantener la situación bajo control, y esto significa reservar un poco, alejarse un poco del límite tanto en velocidad como en agresividad, tener esa «reserva» vendrá muy bien cuando la situación se complique más de lo debido y tengamos que utilizar toda nuestra pericia.

La visibilidad es muy importante también, si en cualquier descenso es muy importante mantener la vista alejada de la rueda delantera para poder anticipar los movimientos, en una zona desconocida todavía más. Mantén la mirada lejos y analiza los posibles peligros, si por vegetación o por orografía no puedes ver por dónde va el trazado, lo ideal es disminuir la velocidad para poder anticipar los peligros y pasos delicados.

Algo que también ayuda muchísimo es la experiencia, saber cómo reacciona la bici a ciertos obstáculos no va a proporcionar la información necesaria para saber si podremos superar con éxito ese nuevo obstáculo que ha aparecido ante nosotros. Para ello lo ideal es cuando salgamos por zonas conocidas, intentar asimilar lo que sucede en cada paso técnico y conocer las reacciones de la bici para poder trasladarlas.

Tal vez sea algo complicado de explicar, pero ayuda muchísimo conocer como reaccionará la bici ante ese grupo de piedras para saber que movimientos hemos de hacer nosotros para superarlo con éxito y no sufrir ningún percance.

Otra cosa útil es pararse, salvo que tengas mucha prisa porque estas en una competición o cualquier otra circunstancia, parar con los compañeros de ruta a repetir ese paso técnico que os habeís encontrado. Esto sirve para mejorara la técnica por un lado, para aprender como superarlo por si volveís a esa bajada y para conocer más reacciones de la bici para futuros pasos técnicos.

Aunque puede parecer lo más complicado de todo, buscad bajadas nuevas, con pasos cada vez más técnicos, que no quiere decir peligrosos ni locuras, visitad nuevas zonas con los amigos. Hoy por hoy con los GPS y la información contenida en internet es muy fácil poder ir a nuevas rutas dónde practicar. Cuanta mas experiencia acumuleís, conoceréis mejor como va a ser una senda. Por ejemplo, si llevando bien lejos la mirada y en una zona abierta y con buena visibilidad de repente no sois capaces de ver el trazado, podes apostar que hay una curva cerrada, ahora solo falta averiguar hacia donde.

Aparecerán muchos más obstáculos que poco a poco sereís capaces de «adivinar», puesto que «leyendo» la orografía veréis enseguida si viene una curva, una bajada pronunciada con desnivel, un repecho, un pequeño drop. Por cierto, ahora que sale la palabra, a mi me gusta pecar de poco valiente con los saltos, si son muy altos, es mejor parar y analizar la recepción y si lo vemos todo claro, subir unos metros y repetir ahora saltando y sin pararnos pero ya sabiendo que la recepción no tiene ninguna trampa.

 

Espero que estos consejos os sirvan y podeís preguntar lo que queraís.

Disfrutad de las bajadas técnicas tanto como yo lo hago!!!

Eligiendo frenos (Parte II)

Ya tenemos clara la compatibilidad entre nuestro cuadro u horquilla con las pinzas, tenemos que fijarnos en otra cuestión. Hasta hace un tiempo, el estándar de seis tornillos era el predominante en el anclaje del disco al buje.

Pero shimano ideó el Center-Lock, y con ello lió un poco las compatibilidades buje-disco.

El estándar de seis tornillos ubica éstos en una circunferencia imaginaria alrededor del centro y equidistantes entre ellos, para fijar el disco se utilizan seis tornillos.

898723463_904

El Center-Lock utiliza un sistema parecido al anclaje de los niños, utiliza una circunferencia estriada tanto en buje como en disco y se fijan con un cierre como lo haría el cassette de piños.

 

shimanoXTRCenterlock

 

Tenemos que resaltar que en el Center-Lock hay dos diámetros, aunque uno sólo se utiliza en los bujes de descenso con eje de 20mm.

Existen adaptadores para poder utilizar un disco de seis agujeros en un buje Center-Lock, que no a la inversa.

adaptador-dt-swiss-de-discos-de-6-tornillos-is-en-bujes-centerlock

Con todo esto, descartaremos errores e incompatibilidades a la hora de elegir el disco, pero queda una cuestión muy importante, el tamaño.

En principio existen siempre unos tamaños mínimos y máximos para cada cuadro y horquilla. El mínimo será el más pequeño que nos permita el tipo de anclaje que tengamos, y el máximo lo marca el fabricante atendiendo a restricciones de resistencia o roces con alguna parte.

 

También existen distintos tamaños y formas, incluso combinación de materiales para conseguir un mejor comportamiento frente a la temperatura. Lo más habitual es que los discos sean de acero con orificios y ranuras para hacer circular el aire al girar y enfríen.

Algunos fabricantes optan por utilizar acero en la parte en contacto con las pastillas y aluminio en el centro, el aluminio es mejor disipador del calor y permite enfriar más el disco. Shimano riza el rizo utilizando varias tecnologías para reducir la temperatura, como discos hechos en acero y aluminio, centro en aluminio e incluso unas «aletas» para generar flujo de aire y enfriar.

La elección del tamaño puede ser algo personal, si bien existen ciertos criterios fijos.

Un disco más grande nos proporcionará mayor potencia de frenado  y mejor disipación del calor, a costa de pesar más en una parte que gira de la bicicleta, las partes que giran siempre son donde más se nota el peso. Un disco más pequeño pesará menos aunque se calentará más y tendrá menos potencia.

La disciplina y el tamaño de rueda son factores a tener en cuenta a la hora de elegir el tamaño del disco, las ruedas de 29 o incluso las «plus» de ahora, son ruedas con mucha más inercia y necesitan mayor tamaño de disco, las disciplinas más agresivas como el enduro o el descenso también necesitarán mayor tamaño.

La rueda delantera también requiere mayor tamaño, aunque ambas ruedas pueden llevar el mismo tamaño para conseguir mejor frenada, ya que la trasera es más sencilla hacerla derrapar con menor potencia.

Si con toda esta información no hemos decidido ya el tamaño del disco, aquí van algunos consejos:

En Cross-Country: Si buscamos mucha ligereza, aunque nuestra bici sea de 29, 160 en ambas ruedas, aunque es mejor sacrificar unos gramos y montar 180 delante.

Para All-Mountain o Trail: Aquí si que buscaremos 180 delante casi obligados y detrás podemos optar tanto por 160 como por 180.

Para Enduro: Aquí el 180 en ambas ruedas es la tónica general, aunque montar un 200 delantero no es exagerado y perfectamente valido.

Para Descenso: Se montan 200 tanto delante como detrás, aunque algún corredor buscando recortar unos gramos elija montar 180 traseros.

Recordemos que esto es sólo una pequeña guía y lo más extendido No hay porque cumplirlo al pie de la letra…

 

Eligiendo frenos (Parte I)

A la hora de elegir unos frenos de disco para nuestra bici, tal vez lo primero que debemos tener en cuenta es la compatibilidad con nuestro cuadro y horquilla. Hoy por hoy prácticamente se ha estandarizado el anclaje PostMount, o PM, pero existen otros y algunas peculiaridades.

Anclaje al cuadro y horquilla:

Reduciremos a dos los sistemas de anclaje de nuestro cuadro u horquilla, aunque el primer PostMount que salió al mercado tenia diferente distancia entre los tornillos, si no posees una Manitou muy antigua o un cuadro Trek del 98 o por ahí, no debes preocuparte.

El anclaje en desuso, es el International Standard o IS. En él, el cuadro sólo lleva unos orificios transversales al sentido de la marcha y es la pinza del freno la que lleva las roscas, a una medida standard del centro de rueda.

Aun hay muchos cuadros y horquillas con este standard, pero no es un problema porque las pinzas de freno modernas de instalan con un adaptador en ellos, como luego explicaré.

El anclaje más utilizado y con más implantación es el PostMount. El cuadro u horquilla posee el alojamiento roscado para el tornillo longitudinalmente al sentido de la marcha, lo que en el mundo del motor se llama «pinza radial». Se va imponiendo este standard porque las fuerzas se reparten mejor, no sufren toda la fuerza de la frenada los tornillos y apoyan directamente sobre un elemento estructural.

Pinza-freno-con-sistema-de-anclaje-International-Standard-IS-logoPinza de freno IS: Actualmente en desuso, o casi, si estamos pensando en comprar unos frenos, deberíamos huir de este tipo de pinzas aunque sean compatibles con nuestro cuadro y horquilla porque si tuviéramos que cambiarlos en un futuro es probable que no encontremos compatibles y tengamos que cambiar la pinza de freno.

Como vemos, las roscas para los tornillos están en la propia pinza.

Y la pinza tiene una medida especifica para cada tamaño de disco, aunque hay adaptadores.

Los adaptadores que necesitamos para diferentes medidas de disco trasladan los orificios del cuadro a una nueva distancia.

images

pinza-de-freno-mtb-sram-guide-rscPinza de freno PostMount o PM: Son las más utilizadas ahora mismo porque permiten una gran versatilidad de medidas de disco y como hemos comentado, distribuyen mejor la fuerza ejercida por la frenada.

Tienen un tamaño standard y se utilizan adaptadores para la medida de disco deseada, desde apoyar directamente sobre cuadro u horquilla hasta el tamaño máximo recomendado por el fabricante.

 

Es mucho más polivalente porque existen adaptadores desde pinzas PM a cuadros IS, cosa que al revés no sucede, y los adaptadores propios para pinzas PM y cuadros también PM, que lo único que hacen es situar la pinza a la distancia deseada.

El adaptador de la izquierda sería un PM a IS, y el derecho PM a PM.

Ahora, una vez conocida la compatibilidad con  nuestra bici, decidiremos el tipo de freno, hoy por hoy, como todo el material de mtb, los frenos están diseñados según el tipo de ciclismo, desde el XC puro hasta el DH, esto no quiere decir que no haya frenos que sirvan para todo o que alguien pueda montar un freno de DH en una XC o viceversa.

Normalmente, los frenos para Descenso están sometidos a más trabajo, la bici pesa más, la velocidad es mayor y el tiempo bajando también, por lo que deben de ser frenos potentes y bien refrigerados. Por otro lado, un ciclista que practique XC o Marathon, va a priorizar el peso y la comodidad.

Hay frenos de dos y cuatro pistones, esto es el número de émbolos móviles que llevan las pinzas. La frenada se produce por rozamiento de las pastillas con el disco, por lo tanto, a mayor superficie, mayor frenada. Pero esto no quiere decir que un freno de dos pistones tenga menos superficie que uno de cuatro. Pero para conseguir la misma superficie, el disco tendrá que ser más ancho y por lo tanto, algo más pesado. Aun con todo esto, la mayor ventaja de los cuatro pistones es que se pueden diseñar de distinto tamaño para que uno toque antes el disco que el otro, proporcionándonos más progresividad.

Más adelante hablaremos sobre el tamaño de disco y su anclaje a la rueda…

Apuntando a Morella Big Ride (VI)

Deberes hechos

A estas alturas, si tu entrenamiento está pilotado por un profesional, habrás notado un descenso de la cantidad en favor de la «calidad». Estamos metidos en plena temporada y la progresión va a ser más lenta, y hay que centrarse en mantener la forma general e ir adquiriendo un poco de «punch», por decirlo de alguna forma.

Es el momento de las series cortas, de las competiciones, de los entrenamientos simulando una carrera. Nada de fuerza en el gimnasio, ni de grandes rodadas de ultrafondo a no ser que nuestra intención sea competir en larguísimos maratones.

Ahora no tienes que ponerte nervioso, no vas a ganar nada entrenando «a muerte» todos los días de aquí a la fecha porque creas que tu estado de forma no es el adecuado. Sólo conseguirás cansarte más y llegar fundido a la cita.

Sigue las pautas de tu entrenador, o si lo haces por tu cuenta, no cargues en exceso los entrenamientos, aprovecha para trabajar la técnica, busca bajadas con pasos técnicos y practica, por ejemplo. No es momento ahora de sobrecargas, y de excesos perjudiciales, porque llegará el día de la competición y no habrás descansado suficiente, es hora de disfrutar de las buenas sensaciones.

Es un buen momento para pensar y reflexionar sobre casos y situaciones adversas posibles, puede venir una lesión, un problema personal, enfermedad, problemas administrativos, anulaciones de pruebas, y un sinfín de cosas. Pero nadie te quitará el camino recorrido, todo lo aprendido y la mejora física conseguida.

No poder participar en la prueba tan esperada y en la que has centrado la temporada no debe hundirte, estás mejor que al principio, disfrutas más de tus salidas y has mejorado durante el entrenamiento, ya habrá otras fechas, seguro. Hay multitud de pruebas y retos que afrontar.

Un viaje con amigos a disfrutar de largas bajadas puede ser una de las alternativas, o si no tienes problemas hacer ambas. Una nueva fecha también aliviará ese estrés, un nuevo objetivo cercano con el que aprovechar nuestro estado de forma. O simplemente disfrutar de todo lo aprendido y mejorar día a día.

Disfruta tu momento…

 

Apuntando a Morella Big Ride (V)

Apretando los dientes

Suena un pitido en mi cronómetro, casi instantáneamente mi cuerpo reacciona aumentando el ritmo y la fuerza, bajando una indeterminada cantidad de piñones y retorciendo las bielas en cada pedalead aumentando la intensidad hasta colocarme en un 95% de mi rendimiento, no me guío por el pulsómetro en los primeros instantes, el aumento de carga va más rápido que las necesidades de riego sanguíneo y el corazón aun tardará un instante en reaccionar.

Aguanto y aguanto hasta oír otro pitido, por fin puedo aflojar el ritmo y relajar un poco, dejo de hacer fuerza y comienzo a recuperar un poco el aliento, descansando los músculos y dejando bajar las pulsaciones… No durará mucho… Volverá la cuenta atrás y otro apretón de los buenos.

El enduro puede parecer sólo una disciplina técnica dentro del ciclismo de montaña, pero hasta en las disciplinas técnicas se necesita un buen estado de forma, y para salir a toda velocidad de una curva, después de superar un obstáculo lento o para subir un repecho, una buena capacidad anaerobica nos vendrá de maravilla. Muchas veces creemos que la diferencia entre los tiempos correspondo sólo a la técnica o valentía al superar las zonas, pero podemos asegurar que el estado de forma cuenta, nos permite estar más atentos, afrontar las zonas con más fuerza, pedalear más deprisa, etc…

Si bien las comúnmente llamadas series están dentro de cualquier entrenamiento estructurado, no pensemos que sólo servirán a los corredores de rally o maratón para dejar atrás a sus rivales y para subir más rápido los puertos. Tanto en enduro como en descenso, una buena potencia anaerobica es esencial.

Si nuestro entrenamiento está en manos de un profesional, seguro que más de un día te tocará hacer series, bien estructuradas y estudiadas. Si por el contrario entrenamos «por nuestra cuenta» hay que tener en cuenta una serie de cuestiones.

La duración de la serie va en función del momento de forma y de la intensidad, cuanto más intensas sean, más cortas.

La recuperación es también inversa a la duración, cuanto más corta e intensa, más proporción de recuperación entre series.

Es imprescindible hacer un buen calentamiento y una «vuelta a la calma».

No hay que pasarse en cantidad ni en duración de las mismas.

No se deben hacer dos días de alta intensidad seguidos, tanto si son series como si es algún otro tipo de entrenamiento, simulacro de competición, competición o test «a tope».

Lo aconsejable es hacer series un poco más largas y menos intensas al principio de la temporada, y acortándolas pero mucho más intensas a medida que avanzamos. Es bueno tener una buena base aerobica y no hacerlas nada más empezar a entrenar.

Ahora, sólo nos queda sacar rendimiento a nuestro entrenamiento machacando los pedales sin piedad en cada acelerón!!!

 

 

Apuntando a Morella Big Ride (IV)

La fuerza de voluntad

Hoy te has levantado sin ganas, apático, no tienes que trabajar, estas desayunando tranquilo, sin sobresaltos. Te quedarías en casa, sentado frente al televisor sin más motivación que encontrar algo en él entretenido…

Pero no, tu calendario dice otra cosa, toca entrenar. Intervalos entrando y saliendo del umbral, para ser más concretos. Y aunque tú ahora mismo no tienes ganas, te debes a un objetivo, y para conseguirlo hay que hacer sacrificios, éste es uno de ellos.

Tanto si el calendario de entrenamientos lo ha confeccionado un profesional o si lo has creado tú, seguramente ese día de entrenamiento está ahí por algo. Si no es una causa mayor, tienes que buscar en tu interior las fuerzas para cambiarte, ponerte el casco, los guantes y subirte a la bici.

Cuando pretendemos conseguir una mejora de nuestras cualidades físicas, cuando queremos entrenar, tenemos que estar dispuestos a esto. Habrá días así, en los que no te apetece coger la bici, estas saturado, porque si el entrenamiento está bien estructurado, debes de estar bien recuperado del anterior y ser capaz de realizarlo, así que no es una cuestión física, sino de nuestra mente.

Tienes que estar preparado psicológicamente para aguantar una temporada de duros entrenamientos, no sirven las excusas del frío, viento, nieve o sol… ahora no sirven. Tu fuerza de voluntad hará el resto, tus ganas de mejorar, de progresar, tienes que moverte del sofá.

Y seguro que cuando estés dando pedales al ritmo indicado, cuando lleves un rato, te sentirás bien, bien por hacer lo correcto, por no saltarte el entrenamiento, bien por vencer la apatía y por imponerte a ti mismo y a tus pocas ganas de hoy.

No todos los días estarás así, habrá otros al revés, ansioso de más pedaleo pero en los que tu calendario te pide descanso, hay que respetarlo también. Y eso estresa, aunque tengamos todo programado y escrito, sólo tenemos que seguir las indicaciones, sin pararnos a pensar demasiado. Pero se convierte en  una obligación, obligación con nosotros mismos o con nuestros patrocinadores, a los que les debemos nuestro esfuerzo por conseguir el mejor resultado.

Piensa en la mejora de tu estado de forma al final de los entrenamientos y levántate del sofá…

Un video para motivarnos un poco…

¿Y por qué no?

image

¿Y por qué no parar un momento? Dejar a los cuadríceps recuperarse del esfuerzo demandado por nuestro cerebro al que nosotros le hemos ordenado un poco más de potencia para lograr la frecuencia cardíaca adecuada para estimular a nuestro corazón con el fin de mejorar nuestra capacidad.

¿Y por qué no sacar una foto? Aprovechar la forma redondeada en azul que algún artista urbano decidió poner ahí para que el resto lo viera. Podemos ayudar a esa labor subiendo una foto de nuestra bicicleta con las grandes letras azules de formas redondeadas de fondo.

¿Y por qué no seguir con el entrenamiento? Volver a subir en la bici, acelerar hasta que nuestro medido de pulso marque la cifra deseada, y  mantenernos ahí aunque tengamos ganas de aflojar el ritmo y las piernas empiecen a pesar.

Aunque estemos en medio de un entrenamiento, un graffiti puede ser una magnifica excusa para detenernos un momento, relajar un poco las piernas, echar una foto en la que por una vez el fondo no sea naturaleza, jugar con los colores y las formas para componer la imagen y subirla a la nube.

Es sólo un momento de relax dentro del entrenamiento, nada de sentarnos a tomar algo, o a meditar sobre nada, no debemos dejar bajar mucho el pulso antes de reanudar la marcha, pero no va pasar nada por bajar de la bici, estirar un poco las piernas y tomar una foto.

A veces nos ofuscamos demasiado en el ritmo y más cuando estamos en medio de un entrenamiento planificado, aunque  no llevemos la «chuleta» con las pulsaciones y el tiempo que hemos de permanecer en cada una de ellas. Y creemos que por el mero hecho de bajar de la bici vamos a echar a perder todo el entrenamiento.

¿Y por qué no? Si nos apetece hacer una foto, poner el píe a tierra unos instantes, o coger aire unos segundos antes de proseguir, déjate llevar y hazlo, seguro que así encuentras el ímpetu necesario para terminar tus «deberes» de hoy y conseguir esa ansiada mejora.

Los preparadores y entrenadores deben estar clamando al cielo…

¡Interrumpir un entrenamiento por una foto!

«Columpios» ciclistas

image

De pequeños, nuestros padres, abuelos o tíos nos llevan al parque a jugar. En la practica, deslizarnos por el tobogán o subir y bajar en un balancín nos hace reír y sentir ese cosquilleo en el estomago y empezamos a experimentar la agradable sensación de la adrenalina y de nuestra boca sólo sale, entre risas «¡Otra vez, otra vez!».

Para reproducir sensaciones parecidas unos años más tarde, los ciclistas buscan esas subidas de adrenalina de formas variadas. Unos bajamos por senderos estrechos llenos de piedras y curvas intentando divertirnos y hacerlo rápido, otros se dedican a subir los puertos de montaña a la máxima velocidad posible, otros suben obstáculos manteniendo grandes dosis de equilibrio.

Por otro lado están los más saltarines, los dedicados al «dirt jump». Dedicados a vencer la fuerza de la gravedad cambiando la trayectoria de su movimiento de horizontal a vertical. Aunque para ello necesitan ayuda, una suerte de rampas de tierra u otro material diseñadas para lanzar al ciclista hacia el cielo.

Un buen conjunto de esas rampas las encontraremos en el Morral Park, construido y mantenido por una familia y sus amigos cerca de Castellón.

Conozco a los responsables desde hace bastante tiempo pero no había tenido ocasión de visitar sus instalaciones y hace unos días fuimos un nutrido grupo a visitarles y disfrutar de sus rampas y consejos.

Tienen un circuito de Dual, un Pumptrack, y muchos saltos grandes para ejecutar trucos y figuras en el aire. Un par de estructuras de madera y un bar dónde reponer fuerzas. Todo rodeado de arboles y en un ambiente de lo más agradable.

No contentos con ello, en las inmediaciones han arreglado y preparado senderos con algunos saltos y drops más parecidos a situaciones «naturales» que los saltos diseñados para el Dirt.

Nuestro grupo disfruto de un par de jornadas de enduro con ellos y gracias a sus consejos y sus instalaciones puedes mejorar aspectos técnicos muy útiles a la hora de afrontar mejor los tramos técnicos en tus mejores rutas.

Aunque su mayor baza sea la cantidad de saltos artificiales y lo cuidado que está para los amantes del Dirt Jump, es útil también para el resto de ciclistas interesados en mejorar saltando o afrontando bajadas técnicas.

Los ciclistas también tenemos columpios…

A izquierda y derecha

image

 

Es tu trialera favorita, llena de piedras y algún escalón. Has pasado más veces por aquí y vas disfrutando de la conducción técnica obligado por las características del terreno, avanzando hacía la siguiente curva.

Y ahí aparece frente a ti, cerrada, empinada, con varias rocas de gran tamaño adheridas a la tierra. Sabes que aquí la teoría de una trazada ideal no va a ser posible. Abrirse al inicio para suavizar la curva pasando por el vértice interior se antoja complicado y lento.

Te abres buscando la mejor zona para empezar a girar, controlando la velocidad, transformando la fuerza de la gravedad en trabajo para tus frenos y cubiertas, apurando el agarre de los neumáticos. Colocas la rueda de delante buscando apoyo entre las piedras, ayudando a las gomas a no perder adherencia y salirte del «sitio bueno».

El freno de delante sin presionar desde hace un rato, controlando la velocidad acariciando el trasero aplicando más fuerza para hacer derrapar la rueda empujando en la dirección correcta para encarar la salida de la curva, alineándonos con la senda de nuevo.

Esta vez has pasado sin tener que aplicar técnicas más propias del biketrial. Moviéndote encima de la bici poniendo el peso en el sitio adecuado, has bordeado los obstáculos y sales de la curva con soltura. 180 grados y metro y medio más abajo estás preparado para la siguiente.

Son un tipo de curvas muy técnico abundantes en las trialeras de esta zona, venciendo grandes pendientes llenas de rocas, piedra suelta y con poca adherencia. Permitían subir las escarpadas laderas con algo menos de esfuerzo y se han convertido en diversión para nosotros.

Normalmente están agrupadas y seguidas unas de otras para salvar grandes desniveles y  son el quebradero de cabeza de muchos, aunque hay verdaderos «maestros» que las dominan a la perfección. Aprender a lidiar con ellas cuesta pero es de gran ayuda en estas latitudes.

No os rindáis ante ellas e intentad la próxima vez pasarlas aunque cueste, si no lo intentáis no lo conseguiréis nunca. Bajar de la bici, estudiarlas e intentarlo siempre en compañía puede ser un buen motivo de diversión de esa ruta con amigos o compañeros.

 

Ángulo de dirección, trail y offset

TrailDIAG2

Cualquier bicicleta debe ser gobernable y poder girar con cierta facilidad, pero siempre a nuestra voluntad y no por ella misma. Esto obliga a las horquillas a tener un cierto avance, o en inglés, offset para permitir a la bicicleta poder ir «recta» aprovechando la fuerza giroscópica y girar bien moviendo el manillar o tumbando un poco hacia el lado indicado. Sin este avance, sería bastante complicado mantener una linea recta.

Otro factor que interviene en la estabilidad es el ángulo de dirección, que ha evolucionado mucho desde las primeras mtb hasta nuestros días. Hace no muchos años un ángulo de dirección bastante habitual hoy en día como 68º estaba reservado a las bicicletas de descenso. El ángulo de dirección lo forma el tubo de dirección con la horizontal del suelo.

Dicho ángulo y el offset dan como resultado el trail, que es la distancia entre la prolongación del tubo de dirección hasta el suelo con la vertical que pasa por el eje de la rueda, en el dibujo podéis verlo bien.

Hace unos años, Gary Fisher innovó en las geometrías introduciendo mayores tubos horizontales, y aumentando el offset de la horquilla para mantener cierta agilidad sin perder estabilidad.

Al dar el «salto» a las 29 pulgadas, surgieron nuevas necesidades geométricas, para buscar una buena agilidad y capacidad escaladora, se van acortando las vainas, provocando una disminución de la distancia entre ejes, sumado a una búsqueda de mejorar la maniobrabilidad cerrando el ángulo de la dirección. La solución para aumentar, tanto la estabilidad como la distancia entre ejes, pasa por abrir el ángulo de dirección y aumentando el offset de la horquilla.

Con esa solución conseguimos reducir el trail, que es lo que realmente influye en la direccionabilidad de la bicicleta. A menor trail, más facilidad para girar y viceversa. Siempre manteniéndose en unos valores lógicos, puesto que aunque la distancia entre ejes dote a la bici de estabilidad, la dirección será mas «nerviosa» y ágil, obligando a trabajar con los brazos para mantener el manillar recto y quieto. De ahí que ahora sera tan común ver manillares de 720 o más milímetros, impensable hace tiempo.

El problema a la hora de decidirnos por una u otra bici es que este offset no siempre se informa y es desconocido incluso por los vendedores. Sí bien algunas marcas utilizan este correcto argumento para diferenciarse de las menos evolucionadas geométricamente.

Así que ya tenemos más información para comprar nuestra nueva bicicleta y acertar con nuestra elección.